Conceptos básicos
La ELECTROPOLUCION es un concepto que abarca un amplio campo de energías ambientales agresivas y dañinas para la salud, producidas por la inmensidad de aparatos eléctricos o electrónicos que nos rodean por todas partes, tanto en nuestro hogar como en el trabajo, en la calle o en el campo. Son energías invisibles al ojo humano pero perfectamente detestables por aparatos de medida electrónicos y con los cuales se puede gestionar una labor de protección y prevención de la salud. Dentro de la electropolución está el caso particular de los efectos nocivos para la salud de los teléfonos móviles y toda la red impresionante de repetidores que nos invaden en todo el territorio nacional, especialmente en las zonas urbanas. Existe un gran desconocimiento público de las repercusiones que en la salud tiene este sistema.
Experiencias y resultados
En España se ha realizado recientemente una investigación sobre los efectos nocivos de la telefonía móvil, en la Facultad de Biológicas de Valencia por el profesor y director Sr. Javier Núñez, a través de la acción de un radioteléfono de onda digital, ante un grupo de ratones de laboratorio sanos. Hay que tener en cuenta que dichos ratones son utilizados habitualmente para experiencias previas con gran cantidad de medicinas nuevas, ya que la célula del ratón se acerca mucho a la célula humana, teniéndose en cuenta ciertos valores de proporcionalidad. En el caso que nos ocupa el resultado ha sido más contundente de lo que se esperaba, ya que los ratones sometidos han experimentado gran perturbación en el ciclo del sueño y vigilia, gran estrés en su actividad, y anormalidad en sus interacciones mutuas.
En Australia, en el Instituto of Cancer and Cell Biology de Sidney, por el director del mismo, Dr. Tony Basten, se han realizado diferentes experiencias con 200 ratones de laboratorio expuestos a las microondas de telefonía móvil cuyo resultado fue el aumento en un 50% de células cancerígenas en su sistema inmunológico.
También en España el Doctor Bardasano, director del Instituto de Bioelectromagnetismo de la universidad de Alcalá de Henares (Madrid), ha comprobado los efectos de las radiaciones electromagnéticas sobre el cerebro humano, demostrando su efecto nocivo sobre la glándula maestra de la cabeza, la glándula pineal, en la cual se produce una disminución de la secreción de las hormonas Melatonina y Serotonina. Esto quiere decir que disminuyen grandemente las defensas naturales del cuerpo y por tanto la persona está abierta con más facilidad a cualquier tipo de enfermedad.
Otra experiencia más, de las múltiples investigaciones realizadas en diferentes países, fue la realizada por un grupo de investigadores alemanes cuyos resultados fueron publicados en diferentes revistas, entre ellas la alemana «Test Ecológico» en su nº 9 (Septiembre de 1994).
Consiste básicamente en el registro de las ondas cerebrales de una persona (se realizó repetidamente sobre diferentes voluntarios). La persona en cuestión está, en principio, en una situación normal y sin teléfono, registrándose lógicamente unas ondas normales en su cerebro, pero en cuanto se pone en marcha el radioteléfono junto a la oreja, en el electroencefalograma aparecen unas ondas cerebrales totalmente anormales en forma de picos y curvas bruscas. Pero lo más grave del asunto viene cuando se observa que, una vez cesado el uso del teléfono, el electro no registra una vuelta a la normalidad de las ondas cerebrales, sino que siguen existiendo dichas señales completamente anormales. La duración de esta anormalidad se mantiene durante un tiempo de más de 24 horas para una sola llamada de 15 a 20 minutos de duración, es decir que, con una simple llamada al día como la indicada, y repetida durante días sucesivos, se asegura un daño continuado en el cerebro.
Las perturbaciones del electroencefalograma ya se empiezan a registrar a una distancia de noventa metros para los teléfonos portátiles más potentes y a diez metros para el teléfono portátil menos potente.
Aspectos técnicos a tener en cuenta
Se ha de entender que la existencia del teléfono móvil implica la existencia de una vasta red de repetidores de las ondas digitales. Estas ondas de telefonía móvil, están dentro de la gama de las llamadas microondas, es decir, en unas frecuencias que oscilan entre los 300 MHZ y los 300 GHZ correspondientes a su vez, a una longitud de onda de entre un metro y un milímetro (los hornos de microondas por ejemplo, están dentro de este tipo de ondas).
El tipo de onda de los teléfonos analizados en las experiencias anteriores se refiere al que se utiliza para la telefonía móvil moderna, es decir, para sistemas de microondas digitales (sistemas GSM) ya que en lo investigado en el mismo caso para telefonía móvil con sistemas de microondas analógicas (sistemas antiguos) no parece que se detecten perturbaciones cerebrales de magnitudes importantes.
Todas las ondas de radio (o radiaciones electromagnéticas) se dividen en dos grandes familias: las radiaciones ionizantes y las no ionizantes. La separación entre ambas se produce a partir de un nivel de energía preestablecido y muy relacionado con las altas frecuencias. Este límite tiene el valor de 12,4 electrón-voltios. Dicho de otra manera, las radiaciones ionizantes son las que producen un daño inmediato a la salud (a nivel atómico y molecular), como son las radiaciones nucleares de¡ uranio radioactiva (de las centrales nucleares), los rayos X de las radiografías, ciertas radiaciones usadas en medicina (rayos alfa, beta y gamma) para destruir localmente células cancerígenas, etc. ; las radiaciones no ionizantes son las que pueden dañar la salud a largo plazo y sus efectos están más camuflados (días, meses o años) y no se conocen tan bien sus efectos como los de las radiaciones ionizantes, a pesar de que su uso está mucho mas extendido y por tanto afecta a una mayor cantidad de gente, como es el caso de la electricidad doméstica, aparatos eléctricos y electrónicos de todo tipo y el teléfono móvil de nuestro caso.
Las radiaciones de las microondas de telefonía móvil son de las frecuencias más altas de las utilizadas habitualmente y por tanto de las que más se acercan a las radiaciones ionizantes.
No hay que confundir las ondas digitales en el medio ambiente con las señales digitales por cable o utilizadas en aparatos de sonido e imagen, ya que estas últimas son totalmente inofensivas por estar confinadas en el cable o en los componentes electrónicos de los aparatos.
Los estudios que se hacen sobre este tema, en general son realizados sobre las radiaciones de la pequeña antena del teléfono móvil y hay que tener en cuenta que no existe teléfono móvil si no existe la red de antenas repetidoras correspondientes. Por tanto dichos estudios se tendrán en cuenta también para dichos repetidores, ya que éstos son como las antenas del teléfono pero más potentes y con el agravante de que funcionan día y noche sin parar y cubriendo su radiación sobre la mayor parte de las poblaciones urbanas del país.
El público en general, desconoce la existencia de los repetidores mencionados, y que se instalan dentro de las ciudades, sobre las azoteas de las casas, y por ello, las compañías de teléfonos pagan sustanciosas cantidades anuales a los copropietarios de dichos edificios. Las antenas se pueden reconocer por su estructura de perfiles de hierro (unas veces en forma de torre, otras veces en forma de cajón triangular o cuadrado), sobre la cual se apoyan nueve pequeñas pantallas rectangulares en posición vertical (de un metro por treinta centímetros cada rectángulo). Es decir, una invasión silenciosa de microondas sobre nuestras propias cabezas.
El efecto nocivo de un repetidor dependerá de la distancia a la que esté situada su vivienda (por tomar una situación tipificada) y al tiempo de exposición de la persona a dichas radiaciones (como mínimo las ocho horas de sueño diarias...
Hay que aclarar que el teléfono inalámbrico de tipo doméstico (de FM) es inofensivo (comparado con los teléfonos de mano callejeros) ya que su pequeña antena no emite microondas digitales, sino ondas analógicas (de frecuencia modulada) utilizadas desde hace muchos años y sin problemas hasta hoy. Aunque hay que tener en cuenta otro aspecto que es la electropolución producida por la base del teléfono, ya que va «enchufado a la red» y por tanto genera otro tipo de electropolución de baja frecuencia, la cual ejerce su influencia perjudicial en una zona circular de un metro de radio alrededor de la base de¡ teléfono. No tiene mayor importancia si se está junto a la base del teléfono durante poco tiempo, pero es perjudicial si la base la tiene en la cabecera de la cama, donde su influencia se alarga durante las ocho horas de sueño, todos los días. Es mejor no abusar de su uso.
Nota: En cuanto al campo electromagnético de baja frecuencia (la corriente de casa) se establece para ella una intensidad máxima de 0,2 microtestas como umbral peligroso para la salud en situación de estancia permanente (en viviendas y oficinas), valor determinado por las investigaciones del Instituto Sueco «Karolinska» sobre electropolución y cáncer.
En Rusia existe una normativa al respecto, que establece como umbral peligroso el valor de una décima de microwatio por centímetro cuadrado (10 microwatios/cm2), aunque este valor se determinó hace tiempo y puede disminuir por recientes investigaciones. En España no existe legislación alguna que indique nada al respecto. En Europa están en debate diferentes valores a utilizar y existen fuertes presiones de las multinacionales y de diferentes intereses que ocultan y retrasan la divulgación pública de la verdad.
Diferentes declaraciones
En palabras del doctor alemán Lebrech Von Klitzing y a la vista de los resultados de las investigaciones manifestó:« Tengo que decir sinceramente que estoy consternado».
El ministro alemán de comunicaciones Sr. Bosch declaró en una conferencia de prensa que «las acaloradas discusiones acerca de la energía nuclear es posible que nos parezcan una suave brisa en comparación con lo que nos va a representar el tema de las redes de repetidores de telefonía móvil».
Compañías alemanas de seguros como la ALLIANZ han reaccionado frente a esto, ya que desde el año 1993 excluyen de sus seguros la cobertura por «ríesgos de radiaciones electromagnéticas».
Recientemente la Organización Mundial de la Salud, a la vista de los resultados de numerosos estudios de consultas insistentes de los gobiernos y de la preocupación creciente de los consumidores, ha iniciado un amplio estudio internacional para recopilar e investigar el mayor número de efectos posibles sobre la salud, lo que tardará en salir cinco años, y para ellos se han dedicado nada menos que 3.300.000 dólares.
Con toda esta problemática, surge la necesidad de definir dos tipos de usuarios de la telefonía móvil: el usuario pasivo y el usuario activo (de la misma manera que hay fumadores pasivos y activos). El usuario pasivo no tiene teléfono móvil, pero se le está perjudicando día y noche con las ondas de los repetidores de la telefonía (y de los teléfonos móviles cercanos) sin que él lo sepa ni se le haya informado de ello para que tenga la libertad de decidir si lo admite o no; por otra parte está el usuario activo que, además de lo anterior, voluntariamente usa su radioteléfono consiguiendo con ello un aumento de la radiación recibida hacia sí mismo, con la emisión de las ondas de su propio teléfono, lo cual le produce un daño añadido en forma local, ya que afecta a la salud de su propio oído (además de otros efectos que se enumeran más adelante).
Factores generales sobre la salud de las radiaciones indicadas
Hay cuatro factores que se deberán tener en cuenta a la hora de analizar la influencia sobre la salud, uno de ellos es el factor técnico, es decir, la naturaleza técnica de la radiación (que en nuestro caso es el de muy alta frecuencia y de sistema digital); otro factor es el factor acumulativo, es decir, la cantidad de carga de radiación que se acumula en el cuerpo a lo largo de¡ tiempo (por ejemplo, es el mismo perjuicio recibir una radiación intensa durante un corto espacio de tiempo, que recibir una radiación de baja intensidad durante un largo espacio de tiempo, ya que, en ambos casos se ha acumulado mucha carga de radiación. Otro factor es el factor personal. con el que se refiere a que no es lo mismo la influencia para una persona con un sistema nervioso sensible a la electropolución, que para otra menos sensible, o que no es lo mismo para un cuerpo joven que para uno deteriorado, etc. Por último, el factor ambiental aditivo que se refiere a otras radiaciones ambientales que pueden agravar su influencia, como son las radiaciones de otros repetidores cercanos, campos electromagnéticos de líneas de alta o baja tensión, radiaciones naturales de¡ propio terreno (contempladas en geobiología) y factores ambientales diversos, analizados en geobiología.
Es evidente que dicha radiación afecta a la salud de todas las personas, en un mayor o menor grado, o en un mayor o menor tiempo.
El deterioro de la salud suele aparecer a lo largo de los meses o de los años. Enumeraremos algunos de los efectos que se indican en las investigaciones con la electropolución; consisten en diferentes síntomas que, al principio, empiezan por pesadez, dolores de cabeza, insomnio, y luego continúa, según cada caso, en insomnio, estrés, depresiones, y más tarde aparecen efectos más graves, como pérdida de memoria, enfermedad de Alzheimer, asma, tumores cerebrales, aumento del riesgo de cáncer y de leucemia, y el perjuicio sobre el sistema inmunológico, es decir, disminuyen las defensas naturales de¡ cuerpo frente a cualquier enfermedad. Esto último puede hacer que la enfermedad surja por el punto más débil de la persona, o refuerce cualquier tipo de enfermedad latente. También afecta al ADN de las células, en el que se contienen los aspectos hereditarios entre otras cosas.
Las ondas de telefonía móvil también afectan a elementos técnicos de alta sensibilidad, por ello está prohibido su uso en aviones, aeropuertos, ciertos recintos de seguridad y a gente que lleva marcapasos para su corazón.
Aspectos ético-sociales
Estas investigaciones demuestran evidentemente la nocividad de las radiaciones de¡ teléfono móvil y sus repetidores. Se entiende que el progreso y el desarrollo tecnológico es bueno siempre y cuando no produzca un alto costo de la salud humana como en este caso. Dada la gran repercusión de este tema sobre muchos millones de personas y la proliferación tan rápida de esta tecnología, sería una gran temeridad por parte de los gobiernos y las autoridades responsables que no se tomaran medidas urgentes de precaución frente a esta avalancha de microondas, no solo para los aspectos de la tecnología actual, sino también para las condiciones de viviendas y urbanismo. Independientemente de que se gestionen a la vez las conclusiones definitivas de las diferentes investigaciones, se deberá tener en cuenta el factor salud, que en nuestro caso se aplica como derecho público a la salud, el cual es un derecho natural y por tanto está por encima de la ley escrita, (aunque está incluida en los derechos internacionales del ser humano) es decir, todo ser humano tiene el derecho inalienable de poder vivir y elegir un entorno, en donde no existan energías ambientales agresivas para la salud, como en el caso de la electropolución.
De lo anterior se deriva un grave deber de¡ poder público y más concretamente del poder político-legislativo, lo que implica que se debería obligar por ley a todos los fabricantes de cualquier producto de uso masivo y que sea susceptible de repercutir en la salud general, que tenga éste que ser sometido a una investigación seria, antes de que salga al mercado. Esta investigación no sólo ha de ser de tipo técnico o de seguridad industrial, como habitualmente se hace, sino también de tipo multidisciplinar, en la que intervengan conjuntamente la técnica, la medicina, la física y la biología, para comprobar sus efectos en la salud a largo plazo. Bien merece la pena realizar esta gestión, ya que se trata de eliminar la causa de muchas enfermedades y evitar muchos costos humanos y muchos costos económicos.
Ya existen unas recomendaciones dictadas por la Unión Europea (que por ahora no son de obligado cumplimiento) en las que se indica que todo aparato eléctrico en venta deberá llevar la información de la electropolución que produce dicho aparato a la hora de su utilización, así como otras normas de precaución en las líneas de alta tensión y en la normativa de la construcción de viviendas, en las cercanías de las líneas de alta tensión.
Todo el mundo sabe que hay grandes intereses económicos y políticos detrás de todo esto. Estos mismos intereses y compañías, que han financiado diferentes investigaciones al respecto, para con ello crear dudas al público con lo que frenan y tergiversan la verdad. Por ello, a la hora de recibir una información de estos temas, hay que averiguar de dónde viene la información y qué intereses hay detrás de ella.
Lo que no cabe duda es que las leyes se mejorarán, en la medida que exista la presión popular, que haya más gente que participe de alguna forma en la lucha por su derecho inalienable a la salud pública, y que colabore habitual o puntualmente con asociaciones que se preocupan por el medio ambiente.
Los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, naturistas, terapeutas, etc.) tienen un campo muy interesante que ampliar con las energías ambientales, ya que muchas veces una persona va al médico con ciertas dolencias y resulta que después de los análisis el médico certifica que no tiene nada, y ciertamente tiene razón, ya que la causa no está en la persona, sino en el medio ambiente en el que vive; como, por ejemplo, una antena repetidora de telefonía móvil a 50 metros de su casa, un cable de alta tensión junto a la vivienda, un horno de microondas con fugas de radiación en el momento de su funcionamiento, el uso prolongado de un ordenador, un radio-despertador (de los de enchufar), o las radiaciones naturales de¡ propio terreno donde está ubicada su vivienda. Existe la posibilidad de armonizar estas situaciones a través de especialistas que trabajan en el campo de la Geobiología.
Medidas de protección y prevención
1º.- Procure no usar teléfonos portátiles; y si por necesidades imperativas necesita usarlos, adquiera un teléfono de¡ tipo de microondas analógicas y rehuse los del tipo de microondas digitales (sistema G.S.M.).
2º.- Elija el modelo de menor potencia, ya que funciona igual y el perjuicio será menor.
3º.- Cuando use el teléfono, procure tener la antena del mismo alejada de la cabeza (a poco que se separe la antena de la cabeza, la intensidad de la radiación sobre la misma disminuye bastante); para ello existe un accesorio de micrófono y auricular por cable, que se conecta al teléfono de tal manera que éste lo puede tener en el bolsillo (alejado de la cabeza) y a la vez poder oír y hablar con dicho accesorio.
4º.- Cuando tenga que elegir una vivienda nueva, procure que esté situada lo más alejada posible de cualquier repetidor de telefonía (dado que la vivienda es para muchos años se recomienda el estudio de las energías ambientales, incluyendo las radiaciones terrestres del lugar, aspecto éste que puede condicionar grandemente la salud. Infórmese a través de un buen experto en mediciones geobiológicas).
5º.- Si la vivienda ya existe y está cerca de uno de estos repetidores instale unas pantallas de protección eléctrica (pida información).
6º.- Para ambientes en los que exista un ambiente de electropolución (no solo de teléfonos celulares, sino también de ordenadores, aparatos eléctricos, cables eléctricos, etc.) existe un mini-emisor (fabricado en Alemania) que emite ondas beneficiosas para la salud y contrarresta o armoniza en gran parte la electropolución ambiental. Su uso es individual, y se coloca sobre el pecho (tiene diferentes usos).
7º.- En el caso de electropolución nocturna, cuando la persona duerme cerca de uno de los repetidores mencionados y tiene problemas en el sueño, se recomienda que tome Melatonina, ya que es una sustancia que produce nuestro cerebro durante la noche, cuando se duerme correctamente, y sirve entre otras cosas para reequilibrar diariamente nuestro sistema inmunológico (ver obras del Doctor Bardasano).
Estos y otros elementos de protección son importantes mientras no llega la verdadera solución, que consiste en erradicar la fuente de electropolución. Es conveniente estar informado de las recomendaciones dictadas por la Unión Europea antes mencionadas, así como de bibliografía sobre electropolución y Geobiología.
Sin duda alguna, todos tenemos una parte de responsabilidad para lograr una sociedad más saludable, pacífica y armoniosa.
Para ampliar información sobre estos temas y sobre estudios de Geobiología, escribir al apartado de correos 1768, 20080, San Sebastián.
Informe elaborado por José Girbau Ortega, ingeniero técnico industrial, miembro de Berdeak-Los Verdes
Muy buena toda la información que estáis dando sobre las antenas de telefonía móvil y los centros de transformación.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Amalia, vecina de la calle carabanchel