PERDON…POR SER FUNCIONARIO
Al leer el artículo de su portada impresa del día 15 de febrero escrito por M. Tejo titulado:” El Gobierno ahorraría el doble al congelar el sueldo de los funcionarios”, no me queda más remedio que pedir perdón a la sociedad por…”ser funcionario”. Perdón porque al estudiar la carrera de Ciencias Biológicas tuve que compaginar el trabajo en la construcción (del que me siento orgulloso por lo que aprendí)y la preparación de siete oposiciones distintas, hasta conseguir aprobar las de Administrativo de la Seguridad Social. Grave error me esperaba, porque no sabía que iba a pasar al club de personas a quién ni los distintos políticos de turno, ni a muchos periodistas, han podido ver como “trabajadores”, y así se lo han hecho ver a la opinión pública. Perdón porque tengo un trabajo estable, que ha soportado tres congelaciones salariales desde 1988 (una con Felipe González y dos con Aznar), que nunca he tenído revisión salarial según el IPC real (cosa que si lo hacen el 80% de los convenios colectivos), lo que me ha llevado a perder más del 30% de poder adquisitivo en los 21 años que llevo trabajando en el sector público (y nadie nos ha defendido nunca) . Perdón por mi osadía al estudiar dos oposiciones para ascender al Cuerpo de Gestión de la Seguridad Social cuando ya tenía 40 años, sacrificando familia y muchas horas de sueño. Y aún a pesar de haberlas aprobado, hoy, que soy un funcionario del Cuerpo A2 (diplomado) gano 1.500 euros al mes . Realmente he de seguir pidiendo perdón, porque aún así gano más que la media de mis compañeros funcionarios del Estado.
Pero hay algo que me cuestiona, porqué no piden también perdón los especuladores que nos han llevado a ésta situación, los políticos (de derechas o de izquierdas que se han enriquecido con poder o con dinero de “la bonanza económica anterior) y, por supuesto, los Banqueros, que siguen anunciando beneficios, pero menos que en el 2007 (¡que lástima¡).
Por eso reivindico que si muchos periodistas y expertos piden al Gobierno que nos apriete el cinturón a los funcionarios, en aras de la solidaridad, comiencen primero por los de arriba, los de 3.000, 4.000, …8.000 euros mensuales. Y los periodistas que piden al Gobierno que de ejemplo, que también se lo,pidan a los ejecutivos de las grandes empresas (muchos de ellos del mundo del periodismo), de los Bancos , porque es una vergüenza ver que directivos de empresas privadas ganen al año más de un millón de euros, y muchos de sus trabajadores más de 3.000, 4.000 …u 8.000 euros al mes. ¿Ellos no tienen que arrimar el hombro?, ¿ellos no han ganado gracias a la bonanza de años anteriores?. Y nunca se les ha criticado. Pero ahora, en la crisis, toca acoso y derribo de ese ser tan “insolidario” llamado funcionario. Por eso, vuelvo a pedir perdón y diré a mis hijos que no mencionen el “trabajo de su padre” en el colegio o a los vecinos, no vaya a ser que dejen de mirarme.
Menos mal que en el periódico del día 16 viene un artículo de opinión (no de portada), del profesor de la Universidad de Oviedo, Iván A. Rodríguez que entiende mejor la situación (por su preparación y conocimiento) y sabe poner las cosas en su sitio. Antes de tanto hablar y echar balones fuera uno tiene que mirarse a sí mismo, ver su trayectoria y sus actitudes, informarse bien y, después, siempre prudente, opinar, no sentenciar. Gracias
José Manuel Bujalance Serrano (funcionario de la TGSS)
Lucena (Córdoba)
Al leer el artículo de su portada impresa del día 15 de febrero escrito por M. Tejo titulado:” El Gobierno ahorraría el doble al congelar el sueldo de los funcionarios”, no me queda más remedio que pedir perdón a la sociedad por…”ser funcionario”. Perdón porque al estudiar la carrera de Ciencias Biológicas tuve que compaginar el trabajo en la construcción (del que me siento orgulloso por lo que aprendí)y la preparación de siete oposiciones distintas, hasta conseguir aprobar las de Administrativo de la Seguridad Social. Grave error me esperaba, porque no sabía que iba a pasar al club de personas a quién ni los distintos políticos de turno, ni a muchos periodistas, han podido ver como “trabajadores”, y así se lo han hecho ver a la opinión pública. Perdón porque tengo un trabajo estable, que ha soportado tres congelaciones salariales desde 1988 (una con Felipe González y dos con Aznar), que nunca he tenído revisión salarial según el IPC real (cosa que si lo hacen el 80% de los convenios colectivos), lo que me ha llevado a perder más del 30% de poder adquisitivo en los 21 años que llevo trabajando en el sector público (y nadie nos ha defendido nunca) . Perdón por mi osadía al estudiar dos oposiciones para ascender al Cuerpo de Gestión de la Seguridad Social cuando ya tenía 40 años, sacrificando familia y muchas horas de sueño. Y aún a pesar de haberlas aprobado, hoy, que soy un funcionario del Cuerpo A2 (diplomado) gano 1.500 euros al mes . Realmente he de seguir pidiendo perdón, porque aún así gano más que la media de mis compañeros funcionarios del Estado.
Pero hay algo que me cuestiona, porqué no piden también perdón los especuladores que nos han llevado a ésta situación, los políticos (de derechas o de izquierdas que se han enriquecido con poder o con dinero de “la bonanza económica anterior) y, por supuesto, los Banqueros, que siguen anunciando beneficios, pero menos que en el 2007 (¡que lástima¡).
Por eso reivindico que si muchos periodistas y expertos piden al Gobierno que nos apriete el cinturón a los funcionarios, en aras de la solidaridad, comiencen primero por los de arriba, los de 3.000, 4.000, …8.000 euros mensuales. Y los periodistas que piden al Gobierno que de ejemplo, que también se lo,pidan a los ejecutivos de las grandes empresas (muchos de ellos del mundo del periodismo), de los Bancos , porque es una vergüenza ver que directivos de empresas privadas ganen al año más de un millón de euros, y muchos de sus trabajadores más de 3.000, 4.000 …u 8.000 euros al mes. ¿Ellos no tienen que arrimar el hombro?, ¿ellos no han ganado gracias a la bonanza de años anteriores?. Y nunca se les ha criticado. Pero ahora, en la crisis, toca acoso y derribo de ese ser tan “insolidario” llamado funcionario. Por eso, vuelvo a pedir perdón y diré a mis hijos que no mencionen el “trabajo de su padre” en el colegio o a los vecinos, no vaya a ser que dejen de mirarme.
Menos mal que en el periódico del día 16 viene un artículo de opinión (no de portada), del profesor de la Universidad de Oviedo, Iván A. Rodríguez que entiende mejor la situación (por su preparación y conocimiento) y sabe poner las cosas en su sitio. Antes de tanto hablar y echar balones fuera uno tiene que mirarse a sí mismo, ver su trayectoria y sus actitudes, informarse bien y, después, siempre prudente, opinar, no sentenciar. Gracias
José Manuel Bujalance Serrano (funcionario de la TGSS)
Lucena (Córdoba)
Carta en contestación a Expansión.
Editorial: La necesidad del ahorro público
Opinión: Austeridad en los salarios de los empleados públicos: ¿Una propuesta acertada
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