La privatización de las citas médicas, además de losproblemas que cause a los usuarios, tiene gato encerrado
La Comunidad de Madrid pretende, a través de la privatización de lascitas, “teledirigir” los pacientes y procesos rentables a centrosprivados, para potenciar su negocio.
A) LOS PROBLEMAS PARA LOS USUARIOS:
Algunas zonas de Madrid vienen desde hace algún tiempo “experimentando” concontestadores automáticos y empresas privadas de teleoperadores.
El resultado para los usuarios es nefasto:
Largas y costosas llamadas telefónicas:
1º Salta un contestador automático donde se tienen que dar los datospersonales (fecha de nacimiento, DNI, nombre y apellidos).
2º Si este paso falla (y es muy frecuente que lo haga), la llamada pasa al“Centro de Gestión de Citas”, donde los teleoperadores de unaempresa privada vuelven a pedir los datos personales del paciente.
3º Si tampoco pueden dar la cita (por múltiples motivos) la llamada pasa alCentro de Salud, volviéndose a pedir los mismos datos (y van 3 veces).En este último paso, un administrativo (público) es quien resuelveel problema.
Las personas mayores tienen enormes dificultades para entenderse con unamáquina de reconocimiento de voz y prefieren acercarse al centro (o hacerloun familiar si están impedidos).
Largos tiempo de espera y coste de la llamada (puede durar muchos minutos).
Citas mal dadas, debido a que los teleoperadores no conocen el funcionamientode cada centro. Una cita mal dada significa tener que volver otro día con la citacorrecta.
Los teleoperadores “externos” no saben si los médicos se encontrarántrabajando o por el contrario estarán con permiso y esta información la solicitael paciente continuamente.
Ahora la Consejería de Sanidad privatiza todas las citas mediante un “Centro deAtención Personalizada”. Nos preguntamos por qué lo llaman “AtenciónPersonalizada” si el trámite lo va a hacer un teleoperador, al que el paciente no verála cara, que se encuentra en algún lugar desconocido de Madrid, que cita para todoslos centros y no conoce ni al paciente, ni al médico/enfermera, ni el tipo depoblación que atiende, ni dónde se encuentra el centro de especialidades niel de salud y no conoce su funcionamiento.
El personal administrativo público que está en los Centros de Salud realizauna función imprescindible para la calidad de la asistencia, pues no sólo estápara dar citas; es el único que puede ofrecer mucha otra información que el paciente reclama y que una persona que no trabaja en el centro no puede ofrecer.
B) MANIPULACIÓN DE LAS CITAS BUSCANDO EL NEGOCIO, NO LA SALUD (selecciónde pacientes):
¿Por qué ahora la privatización de las citas si ya existe personal público que lasrealiza?
¿Por qué pagar 40 millones de € a una empresa privada, para hacer una función quesale más barata y con mejor calidad tal y como ahora se realiza?
En primer lugar para desmantelar lo público, privatizar el servicio y darle esos 40millones a una empresa privada. La cosa es sencilla: DINERO PÚBLICO –BENEFICIO PRIVADO.
Pero en esta ocasión la cosa va mucho más allá. La libre elección de médico y servicio de hospital, en el marco del área única, no tiene por objeto la mejora de lacalidad, sino establecer un verdadero “mercado de pacientes”.En ese mercado, competirán para conseguir pacientes, los hospitales puramenteprivados, las empresas dueñas de los Nuevos Hospitales –también privados ya quepersiguen beneficios económicos- hechos por Esperanza Aguirre (y quién sabe si enun futuro también de los Centros de Salud), de laboratorios y centros de diagnósticopor la imagen,
…Ahí entra la Consejería de Sanidad en su ayuda: Se monta un sistema de citas queal privatizarse “facilitará” que pacientes y procesos “rentables” seandirigidos a los centros donde se genera negocio para las empresas privadas.
Es decir, la privatización de las citas es una herramienta fundamental parahacer atractivo y eficaz el negocio sanitario.
Mientras engordan los centros privados, los públicos irán perdiendopresupuesto, personal, renovación tecnológica y, en definitiva, calidad,convirtiéndose en una sanidad de segunda categoría a la que se derivaránlos pacientes “no rentables” (ancianos, crónicos, con menores recursos, …).
Y todo se hará en secreto. La empresa dueña de la “tele cita” y la propia Consejeríade Sanidad, pondrán todos los medios para que los datos y métodos de “captación depacientes” no sean públicos.
La Comunidad de Madrid pretende, a través de la privatización de lascitas, “teledirigir” los pacientes y procesos rentables a centrosprivados, para potenciar su negocio.
A) LOS PROBLEMAS PARA LOS USUARIOS:
Algunas zonas de Madrid vienen desde hace algún tiempo “experimentando” concontestadores automáticos y empresas privadas de teleoperadores.
El resultado para los usuarios es nefasto:
Largas y costosas llamadas telefónicas:
1º Salta un contestador automático donde se tienen que dar los datospersonales (fecha de nacimiento, DNI, nombre y apellidos).
2º Si este paso falla (y es muy frecuente que lo haga), la llamada pasa al“Centro de Gestión de Citas”, donde los teleoperadores de unaempresa privada vuelven a pedir los datos personales del paciente.
3º Si tampoco pueden dar la cita (por múltiples motivos) la llamada pasa alCentro de Salud, volviéndose a pedir los mismos datos (y van 3 veces).En este último paso, un administrativo (público) es quien resuelveel problema.
Las personas mayores tienen enormes dificultades para entenderse con unamáquina de reconocimiento de voz y prefieren acercarse al centro (o hacerloun familiar si están impedidos).
Largos tiempo de espera y coste de la llamada (puede durar muchos minutos).
Citas mal dadas, debido a que los teleoperadores no conocen el funcionamientode cada centro. Una cita mal dada significa tener que volver otro día con la citacorrecta.
Los teleoperadores “externos” no saben si los médicos se encontrarántrabajando o por el contrario estarán con permiso y esta información la solicitael paciente continuamente.
Ahora la Consejería de Sanidad privatiza todas las citas mediante un “Centro deAtención Personalizada”. Nos preguntamos por qué lo llaman “AtenciónPersonalizada” si el trámite lo va a hacer un teleoperador, al que el paciente no verála cara, que se encuentra en algún lugar desconocido de Madrid, que cita para todoslos centros y no conoce ni al paciente, ni al médico/enfermera, ni el tipo depoblación que atiende, ni dónde se encuentra el centro de especialidades niel de salud y no conoce su funcionamiento.
El personal administrativo público que está en los Centros de Salud realizauna función imprescindible para la calidad de la asistencia, pues no sólo estápara dar citas; es el único que puede ofrecer mucha otra información que el paciente reclama y que una persona que no trabaja en el centro no puede ofrecer.
B) MANIPULACIÓN DE LAS CITAS BUSCANDO EL NEGOCIO, NO LA SALUD (selecciónde pacientes):
¿Por qué ahora la privatización de las citas si ya existe personal público que lasrealiza?
¿Por qué pagar 40 millones de € a una empresa privada, para hacer una función quesale más barata y con mejor calidad tal y como ahora se realiza?
En primer lugar para desmantelar lo público, privatizar el servicio y darle esos 40millones a una empresa privada. La cosa es sencilla: DINERO PÚBLICO –BENEFICIO PRIVADO.
Pero en esta ocasión la cosa va mucho más allá. La libre elección de médico y servicio de hospital, en el marco del área única, no tiene por objeto la mejora de lacalidad, sino establecer un verdadero “mercado de pacientes”.En ese mercado, competirán para conseguir pacientes, los hospitales puramenteprivados, las empresas dueñas de los Nuevos Hospitales –también privados ya quepersiguen beneficios económicos- hechos por Esperanza Aguirre (y quién sabe si enun futuro también de los Centros de Salud), de laboratorios y centros de diagnósticopor la imagen,
…Ahí entra la Consejería de Sanidad en su ayuda: Se monta un sistema de citas queal privatizarse “facilitará” que pacientes y procesos “rentables” seandirigidos a los centros donde se genera negocio para las empresas privadas.
Es decir, la privatización de las citas es una herramienta fundamental parahacer atractivo y eficaz el negocio sanitario.
Mientras engordan los centros privados, los públicos irán perdiendopresupuesto, personal, renovación tecnológica y, en definitiva, calidad,convirtiéndose en una sanidad de segunda categoría a la que se derivaránlos pacientes “no rentables” (ancianos, crónicos, con menores recursos, …).
Y todo se hará en secreto. La empresa dueña de la “tele cita” y la propia Consejeríade Sanidad, pondrán todos los medios para que los datos y métodos de “captación depacientes” no sean públicos.
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