Una vecina nos ha preguntado de donde sacamos las fuerzas para seguir peleando contra estos políticos que tenemos en nuestro Ayuntamiento. Políticos que tienen todo el poder, todo nuestro dinero y que todo lo pueden hacer, contra nosotros, porque todo les sale gratis. Le dimos razones particulares y también colectivas para seguir, pero pensándolo bien le vamos a dedicar un cuento que circula por internet, y que nos envía nuestra amiga Margarita Olañeta.
"Todas la mañanas, un hombre cogía el autobús para ir al trabajo. Lo mismo hacia una anciana, que montaba siempre con una pequeña bolsa. La anciana se sentaba junto a la ventana y se pasaba el trayecto lanzando al arcén pequeños granos que iba sacando de su bolsita. El hombre estaba intrigado y un día quiso saber que era lo que esparcía.
- Semillas, dijo la anciana.
- Semillas, ¿de qué?, pregunto el hombre.
- De flores. ! ¡Esta todo tan vacio! Me gustaría poder viajar contemplando muchas flores.
- Pero señora Vd. misma ve que sus semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pajaros.¿Cree que alguna germinara?.
-Seguro que sí. Respondió la anciana
- Pero tardaran en crecer. Además, necesitan agua.
- Ya vendrán las lluvias, dijo con una sonrisa.
- Mire joven, yo hago lo que puedo hacer.
El hombre se bajo del autobús y camino hacia el trabajo. Estaba claro que la pobre señora había perdido la cabeza.
Pasó el tiempo, pasaron los meses y un buen día el hombre vio que todo el campo se había llenado de flores. Busco a la anciana a través del pasillo, pero no la encontró. Se levanto y se dirigió al conductor, a preguntar por ella. ¿No lo sabe?, le contesto aminorando la marcha. "Murió hace poco. Fue el mes pasado."
El hombre sintió lastima. ! Que disparate de mundo! ¿De qué le había servido a la mujer tanto esfuerzo, si luego no había podido disfrutarlo? De camino a su asiento, oyó la risa cantarina de una niña. Tiraba de la manga de su padre, mientras pegaba la nariz a la ventana. ¡Mira papa! ¡Mira, que bonito! ¡Cuantas flores flores, mira!
El hombre se arrebujo en su asiento e hizo todo el viaje sin apartar la vista de los cientos de flores que adornaban el camino. Dicen que, desde entonces, nunca se monta en el autobús sin su bolsita de semillas."
No hace falta mucho para explicar el sentido de este cuento. La anciana de nuestra historia es una persona que sigue los dictados de su corazón y actúa para que sus sueños se vayan haciendo realidad. Conoce sus limitaciones. Pero es aun más consciente de la enorme capacidad transformadora que posee. Esa maravillosa capacidad transformadora que existe en todos y cada uno de nosotros.
"Todas la mañanas, un hombre cogía el autobús para ir al trabajo. Lo mismo hacia una anciana, que montaba siempre con una pequeña bolsa. La anciana se sentaba junto a la ventana y se pasaba el trayecto lanzando al arcén pequeños granos que iba sacando de su bolsita. El hombre estaba intrigado y un día quiso saber que era lo que esparcía.
- Semillas, dijo la anciana.
- Semillas, ¿de qué?, pregunto el hombre.
- De flores. ! ¡Esta todo tan vacio! Me gustaría poder viajar contemplando muchas flores.
- Pero señora Vd. misma ve que sus semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pajaros.¿Cree que alguna germinara?.
-Seguro que sí. Respondió la anciana
- Pero tardaran en crecer. Además, necesitan agua.
- Ya vendrán las lluvias, dijo con una sonrisa.
- Mire joven, yo hago lo que puedo hacer.
El hombre se bajo del autobús y camino hacia el trabajo. Estaba claro que la pobre señora había perdido la cabeza.
Pasó el tiempo, pasaron los meses y un buen día el hombre vio que todo el campo se había llenado de flores. Busco a la anciana a través del pasillo, pero no la encontró. Se levanto y se dirigió al conductor, a preguntar por ella. ¿No lo sabe?, le contesto aminorando la marcha. "Murió hace poco. Fue el mes pasado."
El hombre sintió lastima. ! Que disparate de mundo! ¿De qué le había servido a la mujer tanto esfuerzo, si luego no había podido disfrutarlo? De camino a su asiento, oyó la risa cantarina de una niña. Tiraba de la manga de su padre, mientras pegaba la nariz a la ventana. ¡Mira papa! ¡Mira, que bonito! ¡Cuantas flores flores, mira!
El hombre se arrebujo en su asiento e hizo todo el viaje sin apartar la vista de los cientos de flores que adornaban el camino. Dicen que, desde entonces, nunca se monta en el autobús sin su bolsita de semillas."
No hace falta mucho para explicar el sentido de este cuento. La anciana de nuestra historia es una persona que sigue los dictados de su corazón y actúa para que sus sueños se vayan haciendo realidad. Conoce sus limitaciones. Pero es aun más consciente de la enorme capacidad transformadora que posee. Esa maravillosa capacidad transformadora que existe en todos y cada uno de nosotros.
Muy bueno. Espero que Vientos del Pueblo siga sembrando y dando ejemplo de humildad, trabajo, honestidad y honradez. Y seguir defendiendo que no todo en la vida es el dinero,el poder y los cargos de confianza.
ResponderEliminarYa os lo he dicho varias veces. "Seguid por ese camino" algunos lo valoramos.
Ánimo Vientos del Pueblo, en las próximas elecciones tenéis que estar ahí, siendo la voz de los vecinos y vecinas de Getafe.
Ismael
¿ A que esperais para presentaros?. Muchos vamos a votaros otra vez, porque asi nuestro voto no se perdera.
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