viernes, 22 de febrero de 2013

23F: Llego el momento de echarlos de sus poltronas desde las mareas rebeldes

 ¿Qué hacer para no enterrarnos en la más lúgubre de las desesperanzas? Esta es la pregunta que se hacen tantas personas angustiadas en todo el estado español. Víctimas de políticas inhumanas al servicio del poder financiero, en manos de crápulas gobernantes que no dimiten en cada nuevo escándalo de corrupción, que tienen la poca vergüenza de seguir mintiendo, robando, malversando, prevaricando y abusando de un poder desmedido, terrible y maligno, que está conduciendo a gran parte de la ciudadanía a la pobreza extrema, al abismo sin retorno del suicidio como válvula de escape, como salida al chantaje y la presión de una banca corrupta.
En Bulgaria el pueblo alzado logró esta semana, tras 10 días de movilizaciones, forzar la dimisión de su podrido presidente. Aquí tenemos el perfecto ejemplo que define lo que tenemos que hacer: salir a la calle y no volver a casa hasta que dejen sus cargos y poltronas, que les tiemblen los cataplines de miedo a estos aristócratas del lujo, las prebendas y los pelotazos. Que la ira del pueblo tumbe tanta miseria humana, la codicia de una casta política que ya no tiene bolsillos suficientes para meter todo lo que roban, inundando los paraísos fiscales de los millones que recaudan en sus vergonzosas operaciones y tramas.

Es el momento. Este 23F debemos sumarnos a esas mareas humanas en busca de esperanza, libertad y justicia. No podemos seguir permitiendo que nos expulsen de nuestras viviendas, que nos condenen a revolver en la basura la comida del día, que nos quiten el trabajo, la sanidad, la educación pública, que nuestros familiares mueran de hambre o en unos hospitales privatizados por mafiosos sin mantas, sin agua, sin atención médica.

Ya está bien de desfalcos, de sobres, de mentiras y de contarnos falsas películas de sacrificios, de esfuerzos, de decisiones dolorosas, que acaba pagando siempre el pueblo masacrado, nunca la chusma millonaria que roba, saquea, estafa, asesina y se queda con servicios esenciales que tanto esfuerzo y lucha nos ha costado conseguir.

Es la hora de echarlos, de expulsarlos del poder, de perseguirlos hasta que no les queden asquerosas madrigueras donde esconderse. Son ellos o nosotros, la vida o la muerte, el progreso o la miseria, los colores o la oscuridad.

Hay mucha gente que está pasando hambre, familias enteras que no tienen ingresos, personas que no se pueden pagar el transporte público, que tienen que caminar muchos kilómetros, gente mayor abandonada a una muerte segura en los centros sanitarios en vías de privatización, enfermos dependientes condenados al sufrimiento hasta que llegue el final, niños y niñas que no entienden porque viven en la pobreza, viendo sufrir a sus padres y madres en esta espiral de recortes, reformas, despidos y otras mafias.

No lo permitamos, ha llegado la hora de luchar hasta el final, de jugarnos el todo por el todo o de lo contrario lograrán su siniestro objetivo, que no es otro que anularnos, esclavizarnos, convertirnos en sus siervos, en sus criadas, para utilizarnos en sus antros y corruptos casino-prostíbulos del juego, del vicio, de las drogas caras. Ese es su único proyecto de futuro: QUITARNOS TODO, que no quede nada donde agarrarnos para vivir dignamente, hundirnos en la miseria y arrancarnos la capacidad de reacción y respuesta revolucionaria.

Son minoría y nosotros, nosotras somos legión, solo basta con alzarnos hasta el final, que cuando nos peguen en las manifestaciones respondamos y los hagamos cagarse de miedo. No dejemos que nos sigan avasallando, destruyendo derechos elementales y consecuciones históricas.





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